Cabaña de Melissa Mallory, Alyx Vayner, Claire Sullivan y Susanne Jones.

Sonrio y rodeo su cuello con mis brazos.*

Cantidad de envíos : 127 Fecha de inscripción : 27/08/2008

*La vuelvo a besar dulcemente mietras le acaricio el pelo*

-Creo que me voy a dormir.Buah, parezco un koala.
Le doy un pequeño beso y me duermo en mi cama.*

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*Le sonrio... me acerco a su cama y la beso en la mejilla levemente* Buenas noches princesa.... *salgo de alli tras cerrar la puerta silenciosamente*

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*Vuelvo a entar silenciosamente, le dejo el ramo de flores a Alyx en la cama y salgo otra vez en silencio*

Me despierto tras estar varios dias durmiendo.Me levanto y palpo algo la cama.Miro exañada lo que es.Sonrio al ver se trata de un ramo de flores y me levanto para ponerlas en agua.Las coloco en mi escritorio y me siento en el exterior para que me de el aire.
Rato después me marcho.

Dejo caer las maletas a ambos lados de mi cuerpo y suspiro sin dejar de mirar la cabaña. No había cambiado nada en ella aunque quizá su interior ya no era el mismo.
Me acerqué y me senté en el escalón de fuera sin atreverme a entrar.
Miré hacía delante y toqueteé mi trenza mientras me mordía el labio inferior.
Había vuelto.

Sigo andando con la maleta hasta llegar a mi antiguo alojamiento. No sabía por qué no había optado por ir volando, pero el caso esque había tenido qeu recorrer muchos kilómetros andando hasta llegar aquí, por lo que me encontraba exhausta. Otra cosa es que lo demostrase... Arrastro la maleta un poco más. ¿Por qué había decidido volver? Cuando me fuí no quedaba nadie, ¿quién me decía que habían vuelto? Me encojo de hombros, el caso es que ya estaba aquí y no iba a volver, aunque sea viviría sola aquí, no me importaba y el lugar estaba bastante bien y tenía mucho terreno. Cuando sigo andando, veo por fín las cabañas, y una pequeña y fugaz sonrisa aparece en mi rostro. Encuentro la mía, y la que era también de las pocas amigas que había tenido en la vida, y me sorprendo al ver una figura descansando en las escaleras. Ladeo la cabeza confusa. ¿Quién había vuelto? ¿Quién osaba estar en nuestra cabaña sin permiso? Cuando avanzo un poco más, distingo la figura, pero no estaba del todo segura.

- ¿Alyx? -murmuro confusa sin poder creérmelo. Dejo caer la maleta al suelo pero me quedo inmóvil, pensativa mientras la miro.

Alzo la cabeza ya que estaba concentrada en una pequeña piedra y veo a una chica rubia. Su cara me resultaba familiar por lo que me acerqué para distinguirla mejor.
-¿Claire?-pregunté mientras rodeaba su cuello con mis brazos- Me alegro tanto de verte. ¿Dónde te has metido?-pregunté aún pegada a ella.

Me di cuenta de que iba a levantarse para abrazarme, y podría haberme dado tiempo pero... no sé por qué no lo hice. Cuando recibo su abrazo frunzop el ceño un poco. Hacía demasiado que no tenía este tipo de contacto humano.. Ninguna amiga me había abrazado así desde que me fuí del internado este. ¿La abrazo o no la abrazo? Muy lentamente, más de lo que estoy acostumbrada, rodeo su cuerpo con mis brazos, correspondiendo por fín al abrazo. Me alegraba mucho de verla, y aunque no me gustara tanto el contacto humano, supongo que ahora que estaba de vuelta tenía que volver a acostumbrarme... Al orila me encojo de hombros, cosa que ella podía notar al estar todavía pegada a mí.

- ¡Alyx! nada, estuve vagando por cualquier sitio, haciendo mi vida de antes, ya sabes, se acaba lo bueno y tienes que ir a lo que te queda -la sonrío ligeramente. ¿Hacía cuanto que no sonreía sinceramente?
Me había dedicado a sonreir solo para ser sarcástica, vacilar a la gente, o simplemente para provocar a algún chico que mereciese la pena. ¿Pero sonreir porque me apeteciese al estar contenta? Muchos, muchos meses. Y ahora se me hacía raro tener esa sonrisa colocada en mi rostro.
- ¿Y tú qué tal estás? ¿Cómo ah sido tu vida últimamente? -sin querer ser maleducada ni molestarla, me aparto un poco de ella. Una cosa era empezar a cambiar, y otra muy distinta cambiar de golpe y volverme una lapa.

Cojo mi maleta con una mano,pues no llevaba demasiada ropa y avanzo esquivando la suya hasta la puerta. Pero me quedo quieta, mirando el pomo. ¿Iba a volver a entrar después de tanto teimpo a lo que había llamado, hogar? Miro a Alyx de nuevo, siempre tan alegre y la dedico una pequeña sonrisa para saber si estaba preparada para volver a entrar ella también. Nunca pensé que me costaría tanto rfealizar una tarea tan sencilla como abrir una mísera puerta.

-Pues nada que contar vagando de aquí para allá-dije sin saber el porque de mi marcha.-
Quizá para huir pero ¿De qué?
Noté como poco a poco se sepaba de mí. Por lo menos me había abrazado cosa que no era típico en ellos.
Me fijo en que tiene la intención de entrar y me muerdo el labio inferior.
Ahí dentro no había nada de que temer, no entendía porque me comportaba como una niña asutada.
Me acerqué a ella, olvidándome de mis maletas y asiento con la cabeza para que abra.

Suelto una pequeña risa ante su excueta respuesta. Al parecer lasdos lo único que habíamos hecho era dar vueltas por el mundo. ¿Pero por qué habíamos huido de aquí¿? Prácticamente tenía todo lo que necesitaba, pero no recuerdo exactamente cual fue el motivo de mi marcha. Niego con la cabeza sacando esos pensamientos de mi mente. ¿Quçé más daba por qué nos habíamos ido? Lo que importa esque ya estamos aquí de vuelta. Miro su maleta y después a ella. Al aprecer seguía tan miedosa como siempre. Dejo mi maleta junto a la suya y sin que sirva de precedente, y sintiéndome algo extraña, cojo su mano para que se sintiese más segura. Asiento para que sepa que voy a abrir ya y acerco la otra mano. ¿Por qué nos costaba tanto? Era como abrir de nuevo un libro que habíamos guardado bajo llave, y vovler a vivir de una manera a la que, al menos yo, no estaba acostumbrada. Poco a poco voy girando el pomo de la puerta y una polvareda se levanta cegándonos la visión durante yunos segundos. Sacudo el polvo con una mano intentando despejar el camino y poder ver y por fín pongo un pie en nuestra humilde cabaña. Miro a todos lados, y veo que está cubierto por una capa de polvo y telarañas bastante considerable. Enarco una ceja subiéndola bastante. ¿Ibamos a tener que limpiar todo eso? Casi hubiera sido mejor seguir vagando por las calles... Niego con la cabeza de neuvo, vamos Claire, desde cuando te echas atrás por unas simples arañitas. Me doy la vuelta para mirar a Alyx y formo una sonrisa como si estuviera ahora mismo super feliz de la vida, aunque en ciertp modo, lo estaba.

- Hogar dulce hogar! -digo irónicamente encogiéndome de hombros. Como ya estamos dentro, me tomo la libertad de soltar su mano, esperando que el miedo se la hubiera pasado. Igual sentía asco, pero bueno, contra eso yuo no poía ayudarla, asique mejor que se pusiera alimpiar. ¿Y si de mientras yo volaba? No, eso no sería de muy buena persona, y aunque suela darme igual, Alyx me caía bien, había sido de las pocas amigas que había tenido, asique me tendría que quedar a ayudarla...

Sin esperar a que Alyx dijera nada, salgo a la calle y cojo mi maleta y la suya, aunque fuese poca ropa la que llevara, era mi favorita y no quería arriesgarme a que nadie me la quitase aunqeu por otra parte... ¿quien se atrevería? Río divertida aunque ella no supiese por qué. No podía evitar mostrar una sonrisa de suficiencia ante ese comentario. Cierro la puerta con un pie, teniendo cuidado en no caerme y dejo las dos maletas al lado del sofá. Iba a sentarme pero al ver el polvo me lo pienso mejor y niego con la cabeza. Mejor decido ir a las ventanas y abrir las persianas y los cristales, porque a pesar de haberme manchado, al menos entraría un poco de luz y aire limpio, que buena falta le hacía a la cabaña....

Noto la mano de Claire tomándo la mía y sonrío. Avanzamos hacia la cabaña hasta que la rubia abre la puerta provocando que todo el polvo acumulado durante estos meses salga. Toso e intento entrar a pesar de eso.
Todo estab aigual excepto por la suciedad y los nuevos habitantes que había como eran las arañas. Hice una mueca de asco.
Escuché a Claire y la miré sorprendida.

-Querrás decir Hogar,sucio,hogar-dije intentando quitar hierro al asuento. Sonreí de lado.

Rato después escucho a Claire reirse y sin saber el por qué.
Me acercó a mi escritorio lleno de polvo también y diviso algo, más que polvo.
Un jarrón de flores marchitas.
En un principio no recuerdo el porqué de ese objeto sobr emi escritorio mas lo últimos días vienen a mi mente poco a poco.
Suspiro y dudo entre tirarlas por su estado.

Inspiro con fuerza el aire uqe entra por la ventana. Por fín un poco de aire limpio, porque lo que es en la casa... Un olor algo asqueroso me llega hasta la nariz y tengo que arrugarla molesta. No quería ni saber a qué pertenecía esa pestilencia, prefería seguir viviendo en la ignorancia. Al oir la frase que me suelta, replicando la mía, niego con la cabeza varias veces y clavo en ella mis ojos azules como el hielo.

- No, he querido decir lo que he dicho -digo de forma sarcástica. Mi voz había quedado algo más fría de lo que había pretendido, pero como he mencionado antes, ya no estaba acostumbrada a tratar con gente, al menos no con gente que me importase algo...
Miro por la ventana intentando relajarme y volver a ser igual de agradable que antes. "Venga Claire, debes controlarte, ella te cae bien."

Observo su expresión al ver las flores marchitas del jarrón y ladeo al cabeza confusa. Con Alyx muchas veces era difícil saber su siguiente reacción o su forma de pensar. Otras me resultaba demasiado fácil de calcular. Pero prefería a la Alyx misteriosa, me era más complicado entenderla, y nunca está de más un buen enigma. Me acerco con pasos seguros y divertidos a la vez y arqueo una ceja curiosa, mirando las flores y después a ella.

- ¿Tanto te gustan unas flores pochas? Si quieres te robo unas en el jardín -digo intentando ser agradable, aunque demasiado sarcástica. Esperaba que así me contara por qué eran importantes o por el contrario odiaba, esas flores.

Claire se comportaba de forma diferente pero sin llegar a ser bipolar. Suponí que era normal en ella por ser un shek aunque nunca la había entendido del todo. Me dieron ganas de reirme ante como había dicho lo primero pero me contuvé por si acaso.
-No es eso- respondi con tono divertido mientras miraba la chica- Es que es un regalo y me da lástima tirarlas.-Informé encogiéndome de hombros.

Veo en su rostro un rastro de diversión y frunzo levemente en el ceño sin dejar de mirarla. ¿Qué era aquello que tanta gracia la hacía y del cual, yo no me había enterado? Definitivamente esta chica era extraña, o yo estaba demasiado dormida que no me enteraba de nada. Eso era un peligro teniendo en cuenta mi naturaleza de shek, pero bueno.
Escucho su respuesta y vuelvo a alzar una ceja sin dejar de observar las flores marchitas. No tenían muy buen aspecto, ¿por qué querría conservarlas? Vale que eran un regalo, pero ya no tenían la belleza que les caracterizaba antes. Aún así, em encojo de hombros de nuevo.

- Y por qué no las prensas en un libro? -pregunto como si fuera la cosa más lógica del mundo.

La escuché extrañada y la miré.
-¿Y eso que es? ¿Meterlas en un libro y ya esta?-pregunté con curiosidad. Nunca había oido tal cosa.
Miré el cajón de mi escritorio repletos de ellos y cubiertos de polvos. No me había llevado ninguno.

Cuando la escucho suelt un pequeño bufido. ¿Pero a la gente de hoy en día qué les enseñaban? Ni si quiera estaba segura del todo de una cosa tan sencilla y simple como esa, además de útil claro. Asiento con la cabeza y me aproximo a donde ha ido ella, viendo todos sus libros. Uys, creo que iba a tener que hacer una visita a su propia biblioteca, pues la mía ya se me había quedado pequeña. Cojo uno de los libros más gordos y sooplo para quitar un poco el polvo de la portada. Era una pena que un libnro se estropeara de esa manera, para mí eran algo casi sagrado. Cojo una de las flores y le corto con unas tijeras de la cocina un poco el tallo. La coloco bien entre las páginas de un libro, teniendo mucho cuidado con los pétalos y cierro el libro volviéndolo a dejar entre los demás. No sé si quedaría muy bien después de tanto teimpo pero bueno...

- ¿En serio, qué os enseñan ahora? -hablaba como si tuviera muchos más años que ella, cuando calculaba que practicamente teníamso la misma, pero bueno

-Pues a juzgar por tu tono nada útil-Dije divertida.
Me acerqué a la venta y me asomé a ella pudiendo vislumbra otras cabañas que parecían tan vacías como habían estado esta hasta aHora.
-Cuéntame que has hecho estos últimos meses minetras limpiamos esto- dije mientras iba a por un trapo limpio y agua.
Si se creía que se iba a librar estaba muy equivocada.